El ambiente laboral es un factor muy importante en el desarrollo de una empresa. Los empresarios suelen prestar poca atención al clima laboral que se desarrolla en su empresa. Sin embargo, este factor afecta considerablemente a otros aspectos más valorados en las organizaciones, como es la productividad. Por esto, cada vez son más los empresarios que se suman al carro de atender al clima laboral que se genera en su empresa. Aunque aún queda mucho por hacer en este sentido.
El ambiente laboral es una extensión directa del bienestar de los empleados. Su calidad condicionará los sentimientos de pertenencia y responsabilidad de cada uno de los trabajadores de un proyecto.
El clima laboral influye directamente en la salud de los trabajadores. Fomentar un buen ambiente laboral, además de repercutir considerablemente en la productividad empresarial, también contribuye a generar “felicidad laboral “. Esto se traduce en un aumento de la productividad, en trabajadores satisfechos y felices de acudir a trabajar, desarrollando un mejor desempeño de las funciones.
Principalmente se conocen dos tipos de ambientes laborales generales:
Este tipo de ambiente se caracteriza por contar con varios aspectos de la empresa ya trabajados y bien definidos. De esta manera destacarán factores como la confianza y el trabajo en equipo, por encima de otros. Aspectos clave de este tipo de ambiente laboral:
De esta manera, un ambiente laboral negativo se resume en un equipo con falta de comunicación, desorganización y, por consecuente, un bajo rendimiento empresarial. No sería extraño encontrar también episodios de absentismo o una tasa de rotación más alta de lo que debería. Existen varias señales que indican si un clima de trabajo es tóxico:
Con estos dos grandes tipos en la cima, se han creado nuevos tipos de ambientes laborales con dinámicas mucho más concretas:
Las decisiones son tomadas por la cima de la organización. Tiene una estructura jerarquizada muy estricta, y la toma de decisiones compete exclusivamente a las capas altas de esta jerarquía. En este tipo de ambiente laboral no existe prácticamente confianza en los trabajadores. Por tanto, estos cuentan con un margen muy breve de libertad de decisión en el desempeño de sus funciones. La comunicación entre las altas esferas de la jerarquía y los empleados suele ser bastante escasa y el feedback casi inexistente.
La jerarquización del trabajo se sigue manteniendo bastante estricta, aunque aparece cierto grado de confianza. Aumenta la confianza en los empleados y la cordialidad en el trato. Mejora la comunicación entre estamentos de la jerarquía, pero sigue sin existir una verdadera comunicación y el feedback sigue siendo bajo. Con este ambiente laboral, no existe una identificación de los empleados con la filosofía, misión y objetivos de la empresa.
Aumenta considerablemente la confianza en los empleados. Por ello, estos tienen cierto nivel de autonomía en la toma de decisiones para algunas cuestiones. Aunque las decisiones importantes siguen siendo cometido de la parte alta de la jerarquía. Como consecuencia, los trabajadores se sienten más a gusto en el puesto de trabajo y están más comprometido con la empresa, su filosofía y su misión. Su motivación es mayor y esto se puede observar con facilidad en el resultado de su trabajo.
La confianza en los trabajadores por parte de la dirección es plena. Existe una comunicación muy fluida, siempre presente y con alto grado de feedback. La mayoría de las decisiones son tomadas por consenso, lo cual motiva a los empleados. Este modelo de ambiente laboral es el ideal. Igual que en el anterior, los trabajadores se sienten motivados y comprometidos con la filosofía, misión y objetivos de la organización. Además, sienten su esfuerzo recompensado y valorado, se sienten más realizados y esto se ve reflejado en su trabajo. Los empleados sienten los éxitos de la empresa como propios al considerarlos fruto de su propio esfuerzo.
