Descansar, disfrutar, dormir, divertirse, y sobre todo, desconectar. Estas son las ‘5 D’ del verano, y es importante cumplirlas para tener unas vacaciones plenas, que nos permitan recuperar energía y renovar las neuronas antes de regresar al trabajo.
El verano es, por lo tanto, un reinicio saludable que toda persona trabajadora necesita para encarar con vitalidad el nuevo ‘año escolar’. Y eso implica también una desconexión digital. Dejar de lado los dispositivos electrónicos, las notificaciones, llamadas y correos electrónicos laborales disminuye los niveles de estrés, favorece la tranquilidad y aumenta el bienestar general, permitiéndonos vivir más plenamente el momento actual, aprovechar las experiencias y las relaciones del verano. Si lo has logrado, ¡ENHORABUENA!
Pero ya estamos a finales de agosto y se aproxima la hora de despedirse de esos días de luz y ocio. Hay que empezar a pensar en la ‘vuelta a la rutina’, y para algunos solo con imaginarlo ya les genera ansiedad.
Desgraciadamente, el verano se ha terminado y, con él, las vacaciones de la mayoría de los trabajadores. Así que hay que regresar a la oficina, levantarse temprano, seguir un horario, en resumen, volver, otra vez, a la rutina.
Este cambio puede ser algo duro, ya que se debe retomar un ritmo fuerte en poco tiempo, lo que puede provocar estrés en el trabajador o el conocido síndrome posvacacional.
Cualquiera que haya liderado un equipo sabe que las primeras semanas de vuelta al trabajo pueden ser complicadas. Sin embargo, ¡no te desanimes!
La clave está en conseguir que, en estos días de adaptación, los trabajadores tengan incentivos positivos que hagan este periodo posvacacional más agradable.
Lo primero que nos suele inquietar es si el síndrome posvacacional existe o es una enfermedad inventada. Volver con mal humor al trabajo después de un periodo vacacional largo no es algo raro. El síndrome posvacacional no es una enfermedad como tal, sino un “trastorno adaptativo”.
Según un estudio reciente realizado por Adecco, el 37% de empleados padece o padecerá síndrome posvacacional tras incorporarse al trabajo. En cuanto al 63% restante, una parte importante sufrirá cuadros de estrés o fatiga. Este último caso, aunque no se considera depresión posvacacional, dificulta la adaptación durante el regreso al trabajo.
La parte buena de todo esto es que, en la mayoría de los casos, una buena acción preventiva puede ayudar a evitar este síndrome o, al menos, reducir su impacto. La clave está en tratar de que el cambio entre las vacaciones y el trabajo sea lo más suave posible.
Watch&Act, ofrece esta serie de recomendaciones para ayudar a las compañías a conseguir que sus equipos recuperen la motivación y el compromiso con el proyecto empresarial.
En definitiva, la vuelta al trabajo después de las vacaciones puede ser un momento difícil para muchos empleados, que pueden experimentar estrés, ansiedad, falta de motivación o depresión. Por eso, es importante que las empresas adopten medidas que faciliten la transición y que fomenten el bienestar, el compromiso y la productividad de sus trabajadores. Con estas acciones, se puede conseguir que la vuelta al trabajo sea más llevadera y que los empleados se sientan valorados, escuchados y motivados para afrontar los nuevos retos.
Así, se puede lograr una mejor calidad de vida laboral y personal, y una mayor satisfacción tanto para los empleados como para las empresas.