Actualmente, la flexibilidad laboral tiene un papel muy importante. Esta influye directamente en el bienestar de los trabajadores y ya es un aspecto clave.
Cuando hablamos de flexibilidad laboral nos referimos a libertad que una empresa da a sus trabajadores sobre la forma de trabajar, ubicación y momento de entrada y salida.
El trabajo flexible facilita el día a día de los trabajadores, pero ¿Cuáles son esos beneficios?
Existen diferentes modelos que aportan flexibilidad en algún ámbito laboral. Puedes que todos ellos compartan el concepto de adaptarse y ser flexibles a las necesidades de los trabajadores, pero veamos en detalle en qué consiste cada uno de ellos:
Una empresa con flexibilidad horaria permite que sus empleados elijan cuándo empieza y acaba su jornada laboral.
Lo más habitual es dar un margen de dos horas sobre las que se puede comenzar una jornada, y acode a la hora de llegada será la de salida. Sin embargo, podemos encontrarnos diferentes tipos de flexibilidad horaria.
En este modelo se da la opción a poder trabajar desde la oficina o realizar teletrabajo. Se da más libertad en poder elegir el espacio dónde desarrollan su trabajo.
Al igual que modelos anteriores, este puede aplicarse en diferentes grados que variaran según el pacto acordado con la empresa.
La flexibilidad de plantilla se produce en períodos de picos de trabajos donde se contrata de forma eventual a más personal para dar una solución a la carga de trabajo puntual.
En esta modalidad la plantilla puede ajustarse en función de la situación de la empresa.
Cada vez más se ofrecen remuneraciones que van más allá del cumplimiento de responsabilidades y tareas. Ahora también tienen en cuenta objetivos más globales de la compañía, así como el rendimiento.
A estos cuatro modelos podemos añadirle la flexibilidad de tareas, más conocida como el multitasking. Aquí se busca aprovechar todas habilidades y conocimientos que un profesional puede tener y su interés y capacidad por dedicarse a más de una tarea.